"Entonces vio Fingolfin lo que era para él la ruina total de los Noldor y lleno de desesperación y furia, montó a Rochallor, su gran caballo, y cabalgo sólo sin que nadie pudiera impedírselo. Corría dominado por una cólera enloquecida y los ojos le brillaban como los ojos de los Valar".
"Así pues llegó solo a las puertas de Angband, e hizo sonar su cuerno, y golpeó una vez más las puertas de bronce, y desafió a Morgoth a un combate singular".
"Y Morgoth salió".
Tolkien - El Silmarillion